Malformaciones del desarrollo cortical
¿Qué pasa cuando las neuronas deciden hacer lo que quieren? ¡Hola, radiólogos jóvenes y entusiastas! Hoy nos adentramos en un tema...

¿Qué pasa cuando las neuronas deciden hacer lo que quieren?
¡Hola, radiólogos jóvenes y entusiastas! Hoy nos adentramos en un tema fascinante y complejo, pero no te preocupes, lo desmenuzaremos para que sea tan digerible como tu café matutino: las Malformaciones del Desarrollo Cortical (MDC). Sí, esas que aparecen en tus guardias y que, a veces, te hacen desear tener un diccionario genético en lugar de un PACS.

Cuando las neuronas no leen el manual
Las MDC son esas travesuras que ocurren durante la formación de la corteza cerebral, ya sea por problemas en la proliferación celular, la migración neuronal o la organización postmigratoria. En lenguaje simple: las neuronas no llegan a donde deberían, o llegan mal acomodadas. ¿El resultado? Condiciones como epilepsia intratable, retraso en el desarrollo y hasta discapacidades cognitivas.
¡Ojo! Aunque el diagnóstico definitivo puede requerir un histopatólogo de confianza, tu fiel compañero, el MRI 3T, es el arma secreta en este campo.
Clasificación: Divide y vencerás
Según la nueva clasificación (cortesía de los cerebritos de Europa), las MDC se agrupan en tres categorías. Aquí te las dejamos desmenuzadas como un taco de información:
1. Anormalidades en la proliferación celular/apoptosis
Microcefalia: La cabeza pequeña con cerebro pequeño. Imagina menos giros y surcos que en un cerebro normal; eso lo ves clarito en T1.
Megalencefalia: Cerebro grande y orgulloso, a veces con anomalías corticales. ¿La clave? Diferenciarlo de macrocefalia (donde todo el cráneo contribuye al tamaño).
Displasia cortical focal (FCD): Esa que hace que el neurólogo llame para decir “este paciente tiene epilepsia refractaria, ¡encuéntrame algo en la RM!”. Busca el famoso signo transmantle en T2 y FLAIR.


💡 ¿Sabías que? El desarrollo normal de las eminencias ganglionares aquí observado ayuda a descartar condiciones como lisencefalia asociada a mutaciones de LIS1 o RELN.
Haz seguimiento con MRI en casos similares para valorar la progresión del desarrollo sulcal.
La resonancia muestra un retraso en la sulcación cerebral para la edad gestacional, con operculización silviana subdesarrollada. Sorprende la ausencia de los surcos parietooccipital y calcarino, típicos para esta etapa, sin evidencia de dilatación ventricular que justifique su ausencia.

2. Anormalidades en la migración neuronal
Lisencefalia (LIS): El cerebro “suavizado”. Si los giros son tan escasos como los finales felices en “Game of Thrones”, estás ante una LIS.
Polimicrogiria (PMG): Giros miniatura pero compactos, como un panal. Por cierto, casi siempre en la región perisilviana.
Heterotopías: Neuronas fuera de lugar. Imagina muebles en medio del pasillo en un MRI… así de raro se ve.
3. Anormalidades postmigratorias
Disgiria: Grietas anormales en la corteza que desafían las leyes de la simetría.
FCD tipo III: Vecinas de tumores o malformaciones vasculares. Siempre hay drama arquitectónico cerca.

MRI: Tu lupa favorita
Si tienes un MRI 3T a mano, estás en el camino correcto. Usa T1 para diferenciar sustancia gris-blanca, T2/FLAIR para buscar engrosamientos y blurring, y no te olvides de las reconstrucciones 3D. ¿Qué tal un poco de espectroscopía? Te ayuda a distinguir entre un FCD y un glioma de bajo grado.
Top 5 de hallazgos memorables
1. Microcefalia: Simplificación de giros y surcos. Piensa en un cerebro que se saltó la etapa de diseño avanzado.
2. Signo transmantle: Hiperintensidad subcortical en T2, como una flecha que te grita “¡Aquí está el problema!”.
3. Lisencefalia: Configuración en “8” del cerebro en agiria. ¿Minimalismo cerebral? Más o menos.
4. Polimicrogiria: Región perisilviana con bordes irregulares. Parece un mapa topográfico si lo miras bien.
5. Heterotopías nodulares: Esas bolitas isointensas que parecen salirse de la pared ventricular.


Más que imágenes bonitas
Para los pacientes con epilepsia refractaria, identificar estas malformaciones no solo guía el diagnóstico, sino que también puede determinar si son candidatos a cirugía. Además, reconocer patrones específicos puede llevar a pruebas genéticas más dirigidas. ¡Todo un cambio de juego!
No subestimes el poder de un buen MRI y tus conocimientos radiológicos. Las MDC son complejas, pero tú puedes desentrañar sus misterios una imagen a la vez. ¿Listo para más? Consulta el artículo original y lleva tus habilidades al siguiente nivel.
Este blog está diseñado para ser compartido, leído en cafeterías hospitalarias y usado como tu referencia rápida en la práctica. ¿Te gustó? ¡Compártelo con tu crew radiológico!
Referencias:
Brunelli, J. M., Lopes, T. J. P., Alves, I. S., et al. (2024). Malformations of cortical development: Updated imaging review. RadioGraphics, 44(11), e230239. https://doi.org/10.1148/rg.230239
